17.12.09

ESTO NO SE VE, ESTO SE SIENTE

Parecía haberte depositado debajo de la alfombra. Creía haberte escondido en el lugar más recóndito de mí ser. Estaba convenciéndome, que haciendo de cuenta que no estabas, todo resultaba súper. Ignoraba tus ausencias, tus silencios, la falta de vos que suelo padecer. Ya no estabas. O casi.
Como si nos estuviésemos deseando y atrayendo en silencio, por efecto de la sinergia de ese queseyo que sabemos que existe entre nosotros mas allá de todo, hoy pensaba en vos. Pensaba en tu mirada, en tu sonrisa, en tus susurros, en tus “mi amor” escupidos desde el alma, en tu desnudez. Y vos, sin más, apareciste. Apareciste con un tibio “hola” para explorar mi estado de animo, para adivinar la cuantía de la contentura que podía causarme ese indicio de que me estabas extrañando. Apareciste y derrumbaste el castillo de naipes que había construido tímidamente durante los días que había logrado no pensarte. Apareciste y la luna cayó sobre mi espalda.
En apenas segundos se desató una batalla inimaginable en mi interior, entre los que decían que debía seguir ignorándote, escondiéndote y dejándote en la reino de los recuerdos que se gravan a fuego y los que contra lo tedioso, agotador, hiriente y hasta cruel que resulta todo, sostenían que tenía que dejarte entrar otra vez. Así, en cuestión de parpadeos, ganaron los últimos.

Acá estoy. Masticando, tragando, vomitando, bastardeando todo lo que se pueda sentir por alguien. Me acomodo esa luna que cayó sobre mi espalda, ahora en los hombros, la cargo, muerdo y vuelvo a dejarte entrar. Como entenderlo? No se entiende. Como explicarlo? No se explica. Quizás soy lo suficientemente mediocre como para empacharme de momentos increibles y no mas. O quizás te preste mi corazón ya maltrecho hasta que alguien venga, lo reclame, te lo quite y me lo emparche. O quizás me guste ser el perro guardián que vela por un nido ajeno. O realmente, sienta como pocas personas puedan sentir “amor” en su vida y me importe poco menos que nada todo, salvo lo que sucede cuando dejamos que nuestras vidas se amalgamen un poco demasiado.

No tengo una sola sílaba para empezar a argumentar todo esto. Pero si se que me generás demasiado.

1 comentario:

Lo esencial es invisible dijo...

No!

Simplemente pase a invitarte a mi blog.

Besos!