16.11.09

UN CUELGUE RARO

El recital venía en caída libre. De mal en peor, sin escalas. El mambo de Pity era malísimo y de lo que había ido a buscar, poco y nada estaba encontrando. Era como si estuviera viendo a un par de drogones del secundario tocando en el anfiteatro municipal, pero en Vélez y con 40 lucas al palo. Malísimo, desprolijo, pobre. Entonces, como soy así, y me disperso al toque, me colgué para la mierda y empecé a pensar en cosas que no tenían nada que ver.
Con una liviandad terrible, empecé a recapitular sobre todas las reacciones que tuve cuando la muerte anduvo cerca. Pensé en mis abuelos y recordé que no me movió la aguja ninguna de las perdidas. Pensé en mi papá y recordé que no me entristecí en absoluto el día que efectivamente murió, sino que me hizo mierda realmente la charla que tuve con el neurocirujano días antes, en donde me explicaba que su vida era una cuestión de 50 y 50. Pienso en que un día mi vieja se va a morir y no me genera mucha tristeza ese pensamiento. Es mas, estoy hasta considerando plantearle la posibilidad de sacar un seguro de vida por la simple razón de que tamaña cagada, puede tener un lado B. No se como encararla, porque ella “de eso” no habla. Bajo ningún punto de vista considero este tema en la esfera que incluye a mis hijos. Razones obvias. Eso NO PUEDE SUCEDER mientras yo viva. No estoy dentro del grupo de personas que prefiere no hablar de la muerte. Yo hablo, me rió, hago chistes, le falto el respeto, me chupa un huevo, es como un trámite para mi. Hoy estoy, mañana no (obvio que de elegir, elijo seguir estando). No voy a velorios, no voy a cementerios. No me sale la frase súper agotada del “lo siento mucho”. De hecho, no se si lo siento siquiera, prefiero un “que cagada” o el silencio. No se. No siento a la muerte como algo malo ni como algo grave. Es algo, que simplemente, sucede. Respeto lo que le genera a los demás, pero nada mas.
Ahora bien, con todo este manto de pseudoindiferencia, me sorprendo a veces, como me exacerba muchísimo aquella que se presenta sin sentido. La que no tiene un atisbo de explicación racional. Y mas aun cuando siento que “me podría haber tocado a mi”. Como si fuera una prolongación de mi cuelgue del sábado a la noche, aparece este pibe. Este pibe que fue como yo, y como tantos, a ver a Viejas Locas y terminó con la cabeza hecha pedazos, en coma. Está muerto, vive, pero está muerto. Y me pone del carajo pensar en un pibe de tan solo 17 años, en su familia, en que terminó asi. Que se le bajó el telón sin previo aviso. Por un lado casi me resbala la muerte de gente cercana a mi. Y por otro, me saca para el carajo que le pase esto a un completo desconocido. No entiendo porque tengo estas reacciones tan disímiles frente al mismo suceso. En fin. No se si tiene sentido nada de lo que escribí. Pero me quedó dando vueltas en la cabeza.

2 cosas que me dejó el sábado:

1. Fachi, lo que remaste no tiene nombre.
2. Ratis de mierda, son una vergüenza. Manga de putos, ojalá se mueran todos.

5 comentarios:

Cel dijo...

A medida que iba leyendo pensaba que hay muertes y muertes, cuando llegué al final entendí que ibas más o menos a lo mismo.
Una cosa es la muerte por vejez, por enfermedad, por accidente. Otra muy diferente es la que involucra la violencia, que otro avasalle y tenga poder sobre la vida ajena. Indigna, cuesta encontrarle el sentido. Y en casos como este, no sé si es la muerte en sí lo que más afecta, es lo otro, es el escenario, los ejecutantes. Y se siente para la mierda.

Ale dijo...

La gente se muere justo cuando estaba viva.

Ahora en serio, me pasa lo mismo. Las muertas mas cercanas no me pegaron tanto y algunas de desconocidos me joden mucho.

Anónimo dijo...

Los cobanis son de lo peor que nos está pasando, de eso no hay dudas. La luz verde para reprimir está encendida hace mucho, y se va a armar un quilombo terrible porque la gente no se lo banca más.
Con respecto a la muerte, me pasa exactamente lo mismo que a vos... Me voltean, me matan estas muertes "así".
Cromañon, los desaparecidos en democracia (los otros, no lo viví, pero por supuesto en retrospectiva me prenden fuego el alma de la misma forma), Kosteki y Santillán, amigos que se fueron en la lucha... Y sin hablar de muerte, tambien las enfermedades, una amiga de 20 años con sida, un conocido de 17 con cancer...

Esos casos, me voltean. Mal.

Ivy* dijo...

Lo que pasó en ese recital fue una vergüenza. Creo que es todo lo que tengo para decir porque si empiezo no termino más... Pero a quién no le pega mal una muerte tan vana como la de este pibe? Entiendo lo que decís.

Saludos

Maguie dijo...

Nunca te había leido. No recorro blogs y no sé bien cómo llegué aca pero me quedé.
Y hasta se me cayeron un par de lágrimas.

Muy bueno.