30.11.09

DEJA VU

Morirse ahogado. Podría decir que estuve lo suficientemente cerca como para afirmar que es la situación mas desesperante, por lejos, que experimenté en mi vida.
De pronto la gente, la orilla, el sol, los edificios, todo, desapareció. El ruido se esfumó. La claridad del día se transformó de repente en una oscuridad abrumadora. Inmediatamente la desesperación y el agua turbia invadieron mi ser. Sin saberlo siquiera, había caído en uno de esos pozos que el mar se encapricha en moldear y poner en el camino de algún desprevenido. Los intentos por gritar y pedir ayuda se habían tornado inútiles. Solo el instinto de supervivencia lograba que cada tanto, muy cada tanto, pudiera asomar la cabeza y tomar apenas un poco de aire para volver a desperdiciarlo en los intentos por reclamar que alguien me socorriera.
Completamente exhausto, casi a punto de rendirme, una mano anónima me sacó a la superficie y me arrimó hasta la orilla. Entre pelotudo y avergonzado, me quedé sentado recuperándome un poco. “Sabés dónde está tu mamá?” recuerdo como si fuese hoy lo que me dijo el baywatch de ocasión (un nn que no era guardavidas) y en el tono extremadamente paternal de su voz. “Si, ahí está” señalando vaya a saber dónde, indiqué un lugar. Asintió con la cabeza y se fue.
Siempre me resultó casi imposible, reconocer que necesito ayuda de vez en cuando.
Mi vieja no estaba “ahí”. Solo quería hacerle saber el tipo que ya estaba, que su ayuda había sido sacarme del fondo. Que no necesitaba nada mas. Pero realmente estaba perdido. Estuve vagando un buen rato sin pedir a nadie que me diera una mano en encontrar a mis papás. Asi las cosas, después de un buen rato alguién me preguntó si estaba perdido y que me estaban buscando, ese mismo alguien me acerco a mi vieja y fin del episodio.
Hoy me siento como hace veinte años. Necesito de una mano que me saque del fondo, que me lleve a la orilla y que me encamine un poco. Estoy ahogado. Me ahoga el laburo de mierda, me ahoga la relación con mi ex, me ahoga sentir que le debo mucho a mis hijos, me ahogan los choques innecesarios con mi vieja, me ahogan las pretensiones de don nadie que tengo, me ahoga lidiar con cada día de la semana, me ahoga todo. Necesito que alguien me saque del fondo, pero no voy a pedirlo. No me sale asi. Nunca me salió, asi que no creo me salga esta vez. Tengo que poder solo, como siempre…No puedo morirme ahogado.

2 comentarios:

Fudi Cosmigonon dijo...

Creo que siempre necesitamos una mano que nos saque, a veces que nos lleve, nos empuje, nos haga un mimo, nos calle la boca, nos pegue, nos excite, nos alegre... La mano del otro siempre es necesaria. Y siempre, aunque parezca que no, llega.

La amante dijo...

Sé lo que es sentirse así, no tenés ningún tronco para agarrarte y levantarte a respirar.
Lo único que te puedo decir es que pasa, hay que aguantar.